Por: Leonel Martínez
Existe un lugar al que todos tenemos terror: El infierno. Los antiguos miraban hacia arriba y veían dioses, pero si la mirada era hacia las profundidades de la tierra apreciaban inmundicias, despojos, suciedad y muertos. A ese espacio de abajo lo llamaron los romanos infernum, sitio donde habitan los males y los difuntos. De ahí nuestra voz infierno.
En el cristianismo el infierno es un lugar para castigar en el fuego eterno a las almas pecadoras que se fueron al más allá sin arrepentirse. El rey de los infiernos es Lucifer o el Diablo, Cachito con sus famosos cueros pegados a su cabeza. Otros los llaman Satanás o simplemente “El enemigo malo·.
En la cultura popular dominicana se le llama infierno a una mala situación o momento: “pasé un infierno en ese hospital”. “El transito es u verdadero infierno”.
Pero hasta el Diablo es un personaje entre los dominicanos: ese tipo sabe más que el Diablo. Baila como un Diablo. Y quién olvida al popular merenguero “El Diablo Mateo”.
Fueran del país somos conocidos los dominicanos por nuestra habitual manera de decir “Diablo”. Y hasta nos inventamos la palabra Diache.
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