“Ese problema no espera más en la República Dominicana”, dijo el gobernante en una rueda de prensa en Santiago, donde va a permanecer todo el fin de semana.
Abinader aseguró que el 71 % de la población dominicana “no recibe agua de forma normal”, lo que implica cortes de suministro frecuentes o una baja calidad del agua.
Sobre los alcantarillados, Abinader reconoció que es un problema más complejo, por lo que el plan que será presentado contempla obras a lo largo de doce años.
No obstante, aseguró que el Gobierno ha identificado los alcantarillados “críticos”, que serán construidos o renovados de forma prioritaria.
Estos son los de las grandes ciudades; de las zonas costeras, para cuidar la calidad de las aguas de las playas; y los de las zonas montañosas, con el propósito de limpiar los ríos.
El problema del agua, subrayó Abinader, será “una prioridad” para su Gobierno, porque constituye un problema de salud y “afecta también a la economía”.
El presidente admitió que resolver el problema del agua “es un reto difícil de cumplir” por su coste económico, pero aseguró que se puede ejecutar “si mejoramos la calidad del gasto” público.
“Vamos a mejorar el abastecimiento del agua significativamente en los próximos meses”, prometió.