REDACCIÓN INTERNACIONAL.– En una ceremonia silenciosa y ancestral, el papa Francisco será sepultado este sábado en la basílica de San Pedro dentro de un féretro austero, sellado con su escudo pontificio y acompañado por los zapatos usados que lo acom-pañaron durante su pontificado.
La antigua liturgia de cierre del ataúd se llevó a cabo en privado, encabezada por el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, tras el paso de 250,000 fieles que acudieron durante tres días a la capilla ardiente para rendirle el último adiós.
La ceremonia, marcada por el simbolismo y la sobriedad, inició cuando el maestro de ceremonias cubrió el rostro del pontífice con un velo de seda blanca.
Luego, roció su cuerpo con agua bendita mientras los asistentes rezaban por el eterno descanso del papa argen-tino.
En el interior del ataúd, los celebrantes colocaron una bolsa con monedas y medallas emitidas durante su pontifi-cado, junto con un tubo metálico que contiene el «rogito», un documento en latín que detalla los hitos más importantes de su vida y ministerio.
Este texto lo recuerda por su sencillez, su compromiso con los marginados y su férrea lucha contra los abusos den-tro de la Iglesia.
“El papa Francisco siempre caminó con los últimos, y con ellos también caminará hacia la eternidad”, leyó el maes-tro de las Celebraciones Litúrgicas, Diego Ravelli, antes de que varios cardenales firmaran el acta, entre ellos Gio-vanni Battista Re, quien oficiará el funeral; Pietro Parolin, secretario de Estado; y Mauro Gambetti, arcipreste de la basílica.
Los asistentes colocaron la tapa de zinc sobre el féretro, que lleva grabada una cruz, el escudo pontificio y una placa con su nombre, años de vida y de papado.
Emblemas vaticanos sellan el féretro
El féretro fue sellado con los emblemas de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas, la Prefectura de la Casa Pontificia, el Capítulo Vaticano y el cardenal camarlengo.
Finalmente, se cerró la caja exterior de madera, también adornada con el escudo de Francisco.
Durante toda la noche anterior al funeral, frailes del capítulo de San Pedro velarán su cuerpo. La misa de despedi-da, prevista para el sábado, contará con la presencia de delegaciones de 130 países y organismos internacionales.
Tras el funeral, el féretro cruzará solemnemente Roma hasta la basílica de Santa María la Mayor, donde será sepul-tado, en cumplimiento de su voluntad y devoción a la imagen de la Virgen ‘Salus Populi Romani’.
