El presidente estadunidense se comportó de forma extraña en la cumbre de los países del G7, lo que obligó a los demás líderes presentes en el evento a ayudarle a encontrar el camino y sacarlo de las situaciones incómodas.
El raro comportamiento de Joe Biden comenzó inmediatamente en el momento de su llegada a Italia, donde tiene lugar la cumbre entre el 13 y el 15 de junio. Tras bajar del avión, el líder estadounidense no sabía adónde ir y se limitó a caminar recto hasta que le indicaron el camino.
Posteriormente, al reunirse con la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, Biden besó el pelo de la anfitriona y, tras posar con ella para una foto oficial, le dedicó un amago de saludo militar. Un saludo similar esperaba al líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, a quien Biden también saludó llevándose la mano a la sien al entrar en la sala de negociaciones. Leer más en RT