Goteras, humedad y desechos nauseabundos es donde mal vive la señora Maritza Cabrera, una sobreviviente del virus poliovirus, enfermedad que la doblegó a ésta funesta situación. Sin nadie que se apiade de su condición, la soledad al parecer es su consuelo; aún recuerda la muerte de su hermano, único miembro de su familia que vivía.
“Yo solo quiero que me ayuden a reparar mi casa, miren como yo vivo no tengo a nadie, si no es por mi amiga y vecina no sé dónde estuviera en este momento”, dijo con voz entrecortada Maritza Cabrera”.
Cabrera vive inhumanamente y en extrema vulnerabilidad, a merced de la única persona, su vecina Nereida Sosa, quien le extiende la mano brindándole comida y otras ayudas.
Cabrera tiene 53 años de edad, reside en la calle 41, número 15 del sector de Cristo Rey de Santo Domingo, la misma perdió todos sus ajuares en las Tormentas Irma y María.
“Nosotros los vecinos somos los que le ayudamos, miren en la condición en que vive demasiado deteriorado” contó Nereida.
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