Desde las primeras horas de la mañana, y a lo largo de todo el día y parte de la noche, muchas calles y avenidas del Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo se convierten en negocios de cocinas móviles que satisfacen las demandas de miles de ciudadanos.
Aunque los puestos de comida son muy sencillos: una mesa con recipientes plásticos llenos de productos, una vitrina, un triciclo con una sombrilla, una camioneta o carro como cocina móvil; estos ofrecen un menú variado, algunos con mínima higiene y sin ningún control sanitario.
Mientras estos vendedores informales se preocupan por ofertar lo mejor de su menú, otros, obvian las condiciones anti higiénica en que se preparan esos alimentos para degustar en improvisados comedores o en cualquier esquina.
Para algunos especialistas en gastronomía tal es el caso del destacado Nutriólogo Richard Marinne, considera que la venta sin ningún control de todo tipo de alimentos cocidos, frutas y jugos en las calles va cada día en aumento acarreando así múltiples enfermedades.
Se recuerda que es responsabilidad del Ministerio de Salud Pública atreves de la Ley Nº 589-16 que crea el Sistema Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional en la República Dominicana, el mismo establece las condiciones sanitarias a que deberá ceñirse la producción, importación, elaboración, envase, distribución y venta de alimentos para el uso humano, sin embargo, pocas veces esto se cumple.
Además, establece que quienes produzcan, almacenen, manipulen, transporten o simplemente comercialicen alimentos a terceros deberán tramitar el registro sanitario.
Mientras esto suceda o el Ministerio de Salud Pública juegue su rol; las grasas saturadas, harina de trigo, las carnes, embutidos, huevos y empanadas se estarán ofertando en estos puestos de comida improvisados dañando en muchas ocasiones la salud de la población.
