El inicio de partido fue de alternancias en el marcador, en el que los locales se apoyaron mucho en Zion Williamson, el pívot respondió con nueve puntos en nueve minutos. Por Golden State el que dominaba era Curry.
La estrella de los Warriors sumó 16 de los primeros 18 puntos de su equipo. No fue hasta las primeras rotaciones cuando Steve Kerr vio algo de equilibrio ofensivo en pista con Chris Paul y Dario Saric.
Ninguno de los dos conjuntos se marchó en el luminoso, finalizando el primer cuarto con un ajustado 27-29 para los Warriors.
Con Paul y Curry juntos en pista, Golden State supo controlar el partido y se sumó Gary Payton II para aportar desde perímetro y cerca del aro, marchándose hasta siete puntos sólo en este segundo periodo pese a que también falló varios lanzamientos liberados.
Kevon Looney aprovechaba las carencias defensivas de Zion, que era quien asumió la mayor parte del juego de los Pelicans. Su ofensiva pasaba a ser más previsible, alimentando muchos balones a Williamson.
McCollum jugó los doce minutos del segundo cuarto, convirtiéndose en el hombre más fiable para los de Willie Green. Gracias a él, New Orleans no dejó de competir antes del descanso y cerraron la primera parte manteniendo a tiro a su rival con el 57-59.
La dinámica se mantuvo tras regresar de los vestuarios, el control de partido de Golden State era incluso mayor, pero con mucha más influencia en el parqué, y la distancia fue incrementándose favorable a los de Kerr.
Curry hizo una jugada de cuatro puntos, una fantasía marca de la casa, con un triple tras dejar a Jordan Hawkins en el suelo. Le añadió un tiro libre fruto de la falta técnica señalada a Willie Green por protestar
Un parcial de 4-13 para los visitantes ponía el 61-72 en el global y obligaba a los Pelicans a pasar por un tiempo muerto para ajustar y frenar el buen momento del rival.
Draymond Green comenzó a practicar ese ‘otro baloncesto’ en el que es especialista, sacándole una falta ofensiva a Zion, después otra falta a Herbert Jones, y con ello la desesperación local se reflejaba también en una falta técnica a este último.
Curry se mostró infalible desde el tiro libre con tres puntos más para el 63-74, que dieron paso a la cuarta falta personal de Williamson camino del banquillo.
Despegó Golden State y logró cerrar el tercer cuarto con la máxima de veinte puntos para el 78-98 que servía de antesala del último periodo.
Los Pelicans jamás despertaron, y la máxima no hizo más que aumentar a favor de los visitantes hasta situarse en 29 puntos, para detenerse en un humillante 102-130 definitivo.
Curry tuvo cinco minutos más en el desenlace e hizo doce tantos más, dejando una nueva gran noche para el recuerdo en este curso, los 42 puntos finales sumados a los 41 que ya le hizo a Sacramento, le sitúan entre los máximos anotadores de la liga con un promedio de 33.5 por partido.
Los últimos cuatro minutos fueron puramente testimoniales ya con todos los jugadores relevantes sentados y dando paso a los menos habituales.