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Olvido y miseria: la triste situación de los músicos típicos envejecientes en RD

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Años de servicios llevando alegría, música y cultura a los dominicanos no son retribuidos de la mejor manera a los músicos típicos una vez se retiran por parte de los encargados de promover el arte en República Dominicana, esta es la denuncia de Asociación de Músicos Típicos Dominicanos, (Asomutido).

Enfermedades, miseria, olvido y precariedades son el día a día de esos artistas, así lo revelaron algunos de ellos a Diario Libre.

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Para tratar de cambiar esta realidad muchos de estos músicos se han aglutinado en la Asociación de Músicos Típicos Dominicanos, (Adomutido), que a la fecha cuenta con más de 400 músicos afiliados y que preside Wilfredo Familia, quien también se dedica promover el ritmo.

Para Familia, quien es pianista, abogado y comunicador, el Estado debe otorgar a los músicos envejecientes una pensión y un seguro médico para que puedan sobrellevar su situación de salud.

Algunos casos

Félix Alvarado, de 60 años, es un cantante y músico de conga, residente en Cabrera, provincia María Trinidad Sánchez. Él narró que empezó en la música a los 18 años. Con sus altas y bajas se ha mantenido tocando, a pesar de que cada vez los lugares donde se presenta este tipo de música se reducen por los altos costos en los que deben incurrir. “Las trabas que le ponen los gobernantes, en cuanto a los horarios y la carga tributaria nos obliga a los músicos a buscar otras alternativas de subsistencia. La agrupación mía cobra menos y la rentabilidad es muy inferior”, narró el músico, uno de los pocos que pudieron diversificarse, en la actualidad alquila equipos de sonido. Asegura que nunca ha recibido ayuda de ninguna dependencia del Estado.

Mucho más complicada es la situación del músico Gustavo Montero, de 64 años, quien cuenta que tiene que hacer cualquier tipo de trabajo para poder costear sus gastos. Montero inició su carrera en 1969 y era conocido como “El Caballo Mayor de la Tambora”. También toca el acordeón y la güira. Afirma que no recibe ayuda. “Una vez me llamaron de Bellas Artes, pero no se concretó nada”, dijo.

Aseguró además que la restricción de horario ha afectado considerablemente a los músicos típicos.

Marino Peñaló (Yayito), de 74 años, es otro de los músicos que pasan precariedades tras una larga carrera. Él aún toca el acordeón como única fuente de ingresos. “Todavía vivo de la música, yo no hago más nada. De vez en cuando llaman a uno. Pero no tengo ninguna entrada, ni pensión”, se lamentó.

Para él desde el Gobierno los deben tomar en cuenta, “así como han pensionado a los que son famosos, nos deben tomar en cuenta, porque lo hemos dado todo por la música y no hemos recibido nada”, lamentó el veterano músico.

Asomutido tiene como misión crear conciencia en el sector de los músicos típicos dominicanos, con el fin de mejorar su estándar y calidad de vida.

Buscan gestionar seguro médico, la inclusión en el régimen de pensiones de la seguridad social a los músicos típicos envejecientes.

Tiene como propósito fortalecer el orgullo típico en las presentes y futuras generaciones.

Ley contra el ruido y regulación de horarios le afecta

Aunque son claros los beneficios para el medio ambiente y las personas, la Ley No. 287-04 sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos, no es menos cierto que su distorsión a la hora de aplicarla perjudica notablemente a los músicos típicos.

La normativa contempla consecuencias a sus violadores en calles, avenidas, áreas residenciales, complejos habitacionales, condominios y en la proximidad de hospitales, colegios, escuelas públicas y privadas e iglesias, que utilicen altoparlantes, vehículos disco light y otros instrumentos para propaganda comercial, sin embargo, para los músicos sólo se cumple en los centros de diversión, que deben cesar de contratarlos por las normativas.

Para el músico Yayito ha sido muy perjudicial por los abusos. “Me llevaron una bocina, y las fiestas se han limitado, pues los bailes inician a las 10 y ya a las 12 hay que concluirlos”, se queja.

De forma parecido opina, su colega el denominado Caballo Mayor de la tambora, el denuncia que las autoridades van a las fiestas a inspeccionar los decibeles del ruido si no les ofrecen dinero se llevan los instrumentos y les apagan los micrófonos. “Antiruido llega donde usted está tocando si tienes 5 o 7 mil pesos le dejan la bocina, pero sino se las llevan. A veces hasta tocando hasta las 10 se la llevan. Eso pasó en Haina”, aseguró.

Según señala el presidente de Asomutido, la realidad está por encima de la propia ley, y se puede reducir la cantidad de ruido sin afectar a los músicos. “Nosotros tenemos un formato de sonido para la fiestas de cumpleaños y eventos residenciales, que no afecta al entorno por la onda expansiva, porque hay que reconocer que antes llevaban muchas bocinas, pero se puede trabajar en conjunto”, expresó.

De acuerdo Wilfredo Familia, presidente de la asociación que aglutina a los músicos típicos, los sectores de clases bajas son los que más consumen esta área del merengue, además señala que las instituciones publicas y privadas consumen mucho la música de los exponentes del género típico.

El merengue fue inscrito el 30 de noviembre del 2016 en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.

En sus orígenes, el merengue dominicano era interpretado con instrumentos de cuerda (bandurria y/o guitarra). Años más tarde, los instrumentos de cuerda fueron sustituidos por el acordeón, conformándose así, junto con la güira y la tambora, la estructura instrumental del conjunto de merengue típico. Este conjunto, con sus tres instrumentos, representa la síntesis de las tres culturas que conformaron la idiosincrasia de la cultura dominicana.

La influencia europea viene a estar representada por el acordeón, la africana por la tambora, que es un tambor de dos parches, y la taína o aborigen por la güira.

Aunque en algunas zonas de la República Dominicana, en especial en el Cibao y en la sub región Noroeste, hay todavía conjuntos típicos con características similares a aquellos pioneros, este ritmo fue evolucionando durante todo el siglo XX. Primero, con la introducción de nuevos instrumentos como el saxofón y más tarde con la aparición de orquestas con complejas secciones instrumentales de vientos.

Fuente: diariolibre.com

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