La madrugada del lunes 9 de mayo se registró un nuevo motín carcelario en Ecuador. La situación tuvo lugar en el Centro de Rehabilitación Social de Santo Domingo de los Tsáchilas y dejó un saldo de 44 reos muertos.
Con ello, ya son 64 los privados de libertad que han perdido la vida este año en el país suramericano en medio de motines, luego que a principios de abril otros 20 murieran en enfrentamientos ocurridos en el Centro de Rehabilitación Social Turi (CRS), ubicado en la ciudad ecuatoriana de Cuenca, en la provincia de Azuay.
En poco más de dos años, la cifra ya se eleva a más de 400 presos asesinados en este tipo de hechos. En 2020, en medio de la etapa más fuerte de la pandemia del coronavirus, fueron 46 y en 2021 fueron 316 —un incremento del 587 % respecto al año anterior—, según un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Solo durante la administración del actual presidente, Guillermo Lasso, quien cumplirá el próximo 24 de mayo un año en el Gobierno, se han registrado al menos cinco matanzas dentro de las cárceles. El 28 de septiembre de 2021 ocurrió la peor masacre carcelaria del país; los hechos tuvieron lugar en el Centro de Privación de Libertad (CPL) Guayas No. 1, también conocido como Penitenciaría del Litoral o ‘La Peni’, ocasionando la muerte de 122 personas.
Causas del último motín
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) informó que el motín del lunes ocurrió en el pabellón de máxima seguridad de la prisión de Santo Domingo de los Tsáchilas, donde, tras los operativos de las fuerzas de seguridad, encontraron cuatro armas de fuego tipo fusil, tres pistolas, un revólver, cuatro granadas, 1.800 cartuchos calibre 2.23 y tres alimentadoras.
De acuerdo con el Gobierno, al igual que en la masacres anteriores, este amotinamiento fue la acción de una banda que busca el control del centro penitenciario, que se disputa con otro grupo.
El ministro del Interior, Patricio Carillo, detalló que este hecho que «fue una crueldad de una banda criminal que perpetuó los mismos hechos hace un mes en Azuay».
En concreto, según el ministro, presos de Los Lobos ajusticiaron con armas blancas a los del grupo R7. El objetivo era Marcelo Anchundia, cabecilla de la banda.
Anchundia había sido trasladado recientemente a la prisión de Santo Domingo, gracias a un habeas corpus que le fue otorgado por un juez de Guayaquil. Según Fausto Salinas, comandante de la Policía Nacional, su presencia en el recinto carcelario provocó la matanza. Leer más en RT