La moda vista de espaldas como propuesta de una exposición en París

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En la era del selfi y de la veneración del rostro, el museo Bourdelle de París acoge una exposición que propone al espectador desplazar su mirada hacia la espalda de prendas de los grandes modistos de la historia.

“Dos à la mode” (espalda a la moda) explora la conexión de la moda con esta parte del cuerpo que uno mismo no puede verse ni tocarse directamente y que pone así en evidencia los límites del hombre.

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Dividida en pequeños apartados con una llamativa escenografía, la muestra presenta una selección de 140 prendas, desde el siglo XVIII hasta nuestros días.

Prendas de alta costura, de “pret-à-porter” o incluso indumentaria de trabajo se intercalan con esculturas, vueltas de espalda, del artista Antoine Bourdelle.

Todas pretenden explorar la relación que tienen con la espalda en un diálogo con las esculturas de Bourdelle, que trabajó esta parte del cuerpo humano, especialmente la columna vertebral y los músculos.

Un vestido de John Galliano cerrado con una hilera de 51 botones traseros ejemplifica uno de los conceptos clave: “Las mujeres son todavía, en 2019, las únicas en llevar prendas que se cierran por la espalda”, explica a Efe Alexandre Samson, comisario de la exposición.

Sin embargo, ninguna prenda masculina tiene esta característica: “El hombre no puede concebir llevar prendas que se cierren por la espalda porque históricamente ha sido educado para ser independiente” destaca Samson.

Gran parte de la exposición está dedicada al dorso descubierto, tendencia que hizo sus primeras apariciones en los años 1910 y supuso un gran paso en la emancipación femenina tras la desaparición del corsé.

Esta tendencia supone, sin embargo, un elemento de sexualización del cuerpo de la mujer. El escote trasero constituye una herramienta más de seducción, pese a ser la espalda una superficie asexual de la anatomía humana.

“El hombre, en cambio, debe brillar no por su aspecto sino por su estatus social, su personalidad o su carisma”, cuenta Samson.

No en vano, las prendas masculinas expuestas son escasas, si no es para mostrar lo plano de sus espaldas. El dorso de los chalecos masculinos tiende a ser de un tejido basto y sin adornos, en oposición a los tejidos más finos, los estampados y los colores del frontal.

Sorprende en medio de la exposición un pasillo empapelado con fotos de desfiles de moda, todas mostrando el frente de los estilismos. “La espalda ausente”, reza un cartel.

Hace años que los desfiles de cualquier pasarela del mundo están disponibles en su totalidad en línea, sin embargo, dado su vertiginoso ritmo, solo se toman fotos de cara, y se olvida captar el dorso.

“El modo de comunicación promovido por Internet y las redes sociales favorece solo la parte frontal, y hoy en día muchos diseñadores han dejado de trabajar las espaldas en sus creaciones para concentrarse en la cara, la única parte comunicable de sus prendas”, cuenta Samson.

Más allá de la desigualdad de géneros o del desdén a la que es sometida por la alta costura, la espalda ha sido siempre una superficie perfecta para expresar mensajes.

Los hay publicitarios, sociales o incluso políticos, como la inscripción “I really don’t care, do u?” (La verdad es que no me importa, ¿a ti?) en la espalda de una parka que la primera dama estadounidense, Melania Trump, llevó en su visita a un albergue de niños inmigrantes en la frontera con México.

POR: EFE

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