Las lluvias han afectado principalmente los condados de Miami-Dade y Broward, en el sureste de Florida, pero en general a lo largo de Alligator Alley, a lo largo de la autopista interestatal 75 que atraviesa los humedales Everglades de este a oeste.
En estos condados varias universidades han anunciado el cierre de clases.
La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, declaró la noche del miércoles un estado de emergencia local, con efecto inmediato, en respuesta a las inclemencias del tiempo.
«Mientras nuestros departamentos trabajan para mantener seguros a los residentes y las empresas, este es un paso necesario para proteger la salud, la seguridad y el bienestar de toda nuestra comunidad», señaló la alcaldesa en la cuenta de la red social X.
La televisiones locales de ambos condados afectados han mostrado escenas de carros varados en el agua, viajeros frustrados en aeropuertos y árboles caídos, entre ellas calles de la turística Miami Beach, que pese a la elevación que se hizo de varias de sus calles sigue siendo epicentro de inundaciones.
La plataforma Flightaware, que contabiliza vuelos cancelados y demorados da cuenta la noche del miércoles de 285 vuelos cancelados en los aeropuertos de Miami y Fort Lauderdale.
La inundación de una casa en el norte de Miami, donde el agua alcanzó 1,20 metros, llevó al los bomberos al rescate de sus residentes.
Un posible tornado derribó árboles en Hobe Sound, lo que aisló la isla Júpiter. La costa sureste de Florida también ha sido afectada desde el martes con inundaciones en Sarasota. EFE