El incierto futuro del cannabis terapéutico un año después de su aval parlamentario

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En la imagen, una persona sostiene un cogollo de marihuana. EFE/Ana Escobar

Madrid (EFE).- Los retrasos y la convocatoria electoral han sumido en un futuro incierto el uso del cannabis medicinal que hace un año se dio por hecho tras su espaldarazo en el Congreso, y aunque en teoría es factible que el Gobierno lo regule antes del 23J, nadie lo baraja como una posibilidad real.

El 21 de junio de 2022, la subcomisión del Congreso creada “ad hoc” el año anterior para estudiar la regulación del cannabis con fines terapéuticos, dio luz verde a un dictamen -ratificado sin cambios una semana después en la Comisión de Sanidad-, con una batería de recomendaciones que debían servir de base al Ministerio de Sanidad para elaborar un plan de reglamentación.

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Tras escuchar a 23 expertos nacionales e internacionales e intensas negociaciones, los grupos -excepto PP y Vox, que votaron en contra, y ERC y EH Bildu, que se abstuvieron- acordaron limitar el cannabis como complemento terapéutico para el dolor crónico -también el neuropático-, dolor oncológico, endometriosis, la espasticidad de la esclerosis múltiple, algunas formas de epilepsia y las náuseas y vómitos derivados de la quimioterapia.

El dictamen fue un primer paso, pero dejaba muchas dudas sobre cuántos pacientes podrían verse beneficiados y cómo y dónde podían acceder a los nuevos tratamientos.

Así, priorizaba la dispensación, siempre bajo prescripción médica, preferentemente de un especialista, en farmacias hospitalarias, aunque abría una rendija a “explorar la alternativa” de las comunitarias.

De igual manera, el documento hablaba de extractos o preparados estandarizados, pero a última hora incorporó una mención a la posibilidad de valorar los cogollos o “preparados de otro tipo que estén disponibles en países de la UE” para desarrollar proyectos experimentales “cuando sean solicitados”.

El informe de la AEMPS sigue en revisión

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), dependiente de Sanidad, fue el organismo designado por los grupos parlamentarios para elaborar un informe que diera encaje a todo eso y garantizar la disponibilidad en el mercado farmacéutico de preparados estandarizados de esta sustancia. Le dieron seis meses para hacerlo, hasta finales de diciembre de 2022.

Casi otros seis meses después, “el borrador de la hoja de ruta sobre el encaje legal del uso de cannabis para fines medicinales que ha elaborado la Aemps está siendo revisado por otros departamentos del Ministerio de Sanidad con competencias en esta área para su consideración y recabar sus comentarios”, señalan a Efe desde el departamento que ahora dirige José Miñones.

Recientemente, en su primera comparecencia ante la Comisión de Sanidad, el ministro pidió disculpas por el retraso, que achacó a un “exceso de celo” para garantizar la seguridad de los pacientes, y se comprometió a presentar su propuesta a la Cámara antes de que acabara mayo. Saber más del tema

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