La Ley 120-99 prohíbe a toda persona, física o moral tirar desperdicios sólidos y de cualquier naturaleza en calles, aceras, parques, carreteras, contenes, caminos, balnearios, mares, ríos.
Considerando que es necesario mantener la armonía entre el hombre y su ambiente para corregir las situaciones que perjudican la calidad de los recursos naturales y de la biosfera.
Considerando además que para disfrutar de su derecho a la vida, la salud y el bienestar, el hombre tiene derecho a estar libre de toda contaminación ambiental; que la cantidad de basuras y desechos, notoria en todo el país, daña la imagen de limpieza y pulcritud que debemos presentar ante los turistas y empresarios de otros países.
Además de que es un deber de todo ciudadano la preservación y protección del medio ambiente.
En ese sentido las personas que sean sorprendidas tirando basura, desechos o desperdicios de cualquier tipo, del tamaño que fuere, en los lugares públicos, serán condenadas a las penas de dos hasta diez días de prisión o multas de quinientos a mil pesos, o ambas penas a la vez.
Sin embargo, la basura es uno de los problemas ambientales más grandes en la ciudad de La Romana, debido a que la población en general no se interesa por el destino de los residuos, a pesar de la gran responsabilidad que tiene como consumidora y responsable de la basura que genera.
El abandono de la basura en las vías públicas provoca la obstrucción tanto de estas como de las redes de alcantarillado, lo cual acarrea inundaciones en los períodos de lluvias, que pueden ocasionar la pérdida de bienes materiales y, peor aún, de vidas humanas.
Los residuos sólidos abandonados a cielo abierto deterioran la calidad del aire que respiramos, tanto localmente como en los alrededores, a causa de la quema y el humo, que reducen la visibilidad, y del polvo que levanta el viento en los periodos secos, ya que puede transportar a otros lugares microorganismos nocivos que producen infecciones respiratorias e irritaciones nasales y de los ojos, además de las molestias que causan los olores pestilentes.
Asimismo la degradación de la materia orgánica presente en los residuos produce una mezcla de gases conocida como biogas, compuesta fundamentalmente por metano y dióxido de carbono (CH4 y CO2), los cuales son reconocidos gases de efecto invernadero (GEI) que contribuyen a acelerar el proceso de cambio climático.
La contaminación del aire, la tierra y el agua, por la mala gestión de los residuos, tiene efectos perjudiciales para la salud pública, por la contaminación ambiental y por la posible transmisión de enfermedades infecciosas, transmitidas por roedores y alimañas que los habitan y por la degradación del medio ambiente en general.