Por: Leonel Martínez
En sentido popular se dice, “el que reparte y reparte coge la mayor parte”. Y esa podría ser la lógica del “agallú”, del que no tiene sentido justo al repartir de manera desproporcional las cosas.
Tal falta de sentido común suele indignar a las personas que se quejan hacia sus adentros, porque lo quieren tomar por tontos, por no usar un término conocido, pero desagradable.
Leonel ha gobernado tres períodos presidenciales y Danilo está por el segundo. Resulta que el presidente del PLD está animado por ser mandatario por cuarta vez, mientras entiende que ya está bueno para Danilo, que con dos son más que suficiente. Este es el fondo de un problema que en realidad no tiene fondo: el poder.
Los argumentos jurídicos favorecen a Leonel, pero la razón de la equidad aventaja a Danilo. La vara de medir se hace larga con uno y corta con el otro, porque dieciséis (16) años pesan más que ocho (8).
Sin embargo, desde la óptica de Danilo un período más para él representaría el justo equilibrio: doce para mí y doce para ti. Lo extraño es que en política la matemática no funciona de esa manera. Y a veces ocho son más que doce, y ese parece ser el cálculo de Leonel, para quien ahora los años pesan con mayor intensidad que el plomo.
Los peledeístas, que tanto criticaron al doctor Balaguer por sus constantes reelección, están tomando agua en la misma copa del caudillo rojo, y aplicando su misma manera de contar: doce más ocho es igual a veinte. Esta cifra se proyecta como el sueño de Leonel y quizás como el de Danilo. Pero como soñar no cuesta nada, del lado de la oposición se escucha la frase: “sueñen Pilarín…”
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