Artículo: Desapendéjese, Sr. Presidente

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Por: Elvin Dominici

Las medidas impositivas para recaudar fondos para el déficit fiscal del año 2021 del gobierno de Luis Abinader, deja claro que él es más de lo mismo. La imposición de un paquete fiscal en contra de un pueblo que tiene casi un millón de personas desempleadas a causa de la pandemia del coronavirus, es un abuso de poder que inspira desconfianza y pone la verdadera cara de quién es el presidente del “Cambio”. 

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La sociedad está activa, vigilante de cada paso que toma el nuevo gobierno y lista para demandar justicia y bien común de todos los dominicanos. Las armas de la democracia del siglo XXI están en las redes sociales y el poder de la información que dejó a la luz los trapitos al sol de este paquete fiscal de Abinader, que llegaba sin previo aviso al pueblo. Hoy este reacciona hablando de medidas impositivas transitorias, cuando nunca un gobierno ha tomado medidas de esta naturaleza solo por un año, siempre la mentira para calmar la ira de un pueblo decidido.

Las promesas de campaña de Abinader vienen en dos sabores y fragancias; las que este se comprometió públicamente en medios de comunicación y discursos proselitistas, para asegurar el apoyo electoral de un pueblo sediento de libertades democráticas y soluciones a los problemas esenciales que todavía siguen sin resolverse después de 24 años de desgobiernos. Por otro lado, están esos compromisos económicos y políticos con las familias poderosas del país, con el sector empresarial y la clase política tradicional que siguen en control del destino de todos.

Abinader ganó las pasadas elecciones presidenciales porque no había otra opción política para sacar del poder al Danilismo. La cura está demostrando ser peor que la enfermedad, ya que las esperanzas de arreglar las condiciones paupérrimas que vive el pueblo y las instituciones gubernamentales les está quedando grande al presidente.

Es importante destacar que la crisis de salubridad y económica causada por la pandemia del coronavirus ha sacudido a los gobiernos más poderosos y es importante desarrollar un plan de recaudación de fondos para sustentar el presupuesto nacional. No obstante, el presidente Abinader sufre de pérdida de memoria cuando en el ardor de la campaña y promesas afirmó;

“Si se quiere crear nuevos impuestos, aquí tiene que haber un pacto fiscal para saber dónde se va gastar esos recursos y no continuar el mal gasto que tenemos en el día de hoy”.

El presupuesto general del estado dominicano del 2021 asciende a un billón 37,842.3 millones de pesos de los cuales hay puntos que nos llaman abrumadoramente la atención. En este se estima ingresos por 746,313 millones de pesos que es un equivalente a un 15.2% del Producto Interno Bruto (PIB). En gastos para programas sociales tiene un monto de 25,436 millones y la partida para el Ministerio de Salud Pública es de 107,135 millones destinados para continuar con la lucha del coronavirus. La pieza sometida, que tiene un déficit de un 8%, indica que el gobierno tiene necesidad de recaudar ingresos con todo y los préstamos de los bonos soberanos.

El pasado 17 de septiembre, el gobierno dominicano anunció que alcanzó una “exitosa” emisión de bonos soberanos por $3,800 millones de dólares en el mercado internacional, una cifra “nunca colocada” en la historia del país. Lo tradicional de sumarle a la deuda nacional, se quedó en el gobierno del cambio y seguimos esclavizando a todas las futuras generaciones de dominicanos con una deuda que sobrepasa ya el 50% del (PIB) del país; lo que en economía se denomina un estado fallido. Esto lo provocó el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), a la salida del expresidente Danilo Medina, la deuda pública creció un 79% entre 2012 y 2019.

Entre las medidas impositivas de la propuesta presupuestaria de Abinader están: un impuesto transitorio de un 8% de ganancias extraordinarias que hayan obtenido las empresas. Este estipula gravámenes de un 3% de todas compras realizadas en monedas extranjeras (tarjeta de débito y crédito).

Un impuesto adicional al gas licuado de petróleo equivalente a $174.50 dólares por cada tonelada métrica de butano y propano. Por otro lado, los bancos comerciales deberán pagar un 1% sobre activos financieros netos. Para los equipos y maquinarias utilizadas de aire acondicionado tiene un impuesto de aumento de 25% sobre el consumo. Este paquete fiscal propone un impuesto a las máquinas y equipos utilizados en los casinos de juegos. Este paquete tributario también contempla gravar el sueldo número 13 o doble sueldo.

Este modelo económico corrupto y mal administrado que siempre necesita recursos y tiene grandes gastos, por ende lo tradicional es que los impuestos siempre caen en los hombros del pueblo dominicano. Estas obligaciones tributarias son un ajuste más a la clase trabajadora del país. La economía nacional está basada en un 50% de trabajos informales de los cuales estos trabajadores no son afectados por la cargas impositivas tributarias impuestas por el gobierno.

El presidente Abinader no tiene el valor de poner primero el gobierno en orden en la calidad del gasto, la transparencia y clarificación de la inversión. Nuestro presidente con ascendencia libanesa es cobarde de enfrentar a las grandes mafias corruptas con vestido legal de las leyes.

El sacrificio económico del estado tiene que empezar por la cabeza y no por los pies. Tenemos confirmaciones claras que los nuevos ministros y legisladores públicos tienen ya amasada grandes fortunas por sus recientes declaraciones juradas de bienes. Abinader se esconde de eliminar las dietas, viáticos, beneficios de combustibles y gastos de representación. Hay que sacrificar las vacas sagradas del gobierno.

La República Dominicana tiene el congreso y empleados públicos más caros de América Latina. Desapendéjese Abinader y elimine el barrilito, el cofrecito, las dietas y las exoneraciones de los legisladores. Presidente, usted debe hacer un ajuste de reducción salarial para cada posición dentro de los ayuntamientos y ministerios. Ustedes sacrifiquen sus salarios y beneficios entre un 40% o 30% para cubrir el déficit fiscal.

Todavía es más importante señor presidente que pueda recuperar todo lo robado por las manos de la corrupción. Las riquezas de los políticos ladrones son la prueba más grande y los sacrificios deben comenzar con los que han delinquido en contra del estado. Señor presidente, lo reto a que muestre que usted llegó con “el cambio” y haga historia para dejar sentir su determinación de sanear la economía del país, sin lastimar los ingresos de los pobres.

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